Quiero ayudarle pero no lo consigo…

Pregunta: Buenas noches Balbina la verdad es que hace mucho tiempo que no te doy la lata, pero siempre que puedo miro tu blog porque siempre hay cosas interesantes. Mi preocupación es no poder ayudar a alguien que sé necesita un empujoncito, porque no hay consejo que acepte ni lleve a cabo y me duele ver cómo se deja ir a la deriva de la vida. Esta persona ha pasado por momentos muy duros(pérdida de un ser querido, su mamá) y se viene abajo muy a menudo, creo que yo soy de las pocas cosas o personas mejor dicho que le motivan a continuar y tener ilusión por algo , pero a veces siento que ni siquiera eso basta, no sé cómo puedo hacer para abrirle un poco los ojos y enseñarle que la vida por dura que sea siempre tiene un camino hermoso abierto para nosotros.......sé que lo que tampoco puedo hacer es desgastarme yo haciendo esfuerzos sobrehumanos porque al fin y al cabo de esta situación solo esa persona puede salir, a mi me gustaría simplemente abrirle un poco la puerta para que vea la luz...y no sé cómo hacerlo Besitos y gracias.

Respuesta: No te preocupes por ayudar. Tal vez por eso no llega tanto tu ayuda, te esfuerzas demasiado. Quizás, está llamando la atención por su pérdida y de esta forma tú siempre estás ahí. Una forma de ayudarle es dándole tiempo para digerir aquello que dices, si insistes mucho lo va a rechazar.
Así pues, haz lo que tú puedas pero no te desgastes. Enséñale el camino y que sea la persona la que decida. A veces los seres humanos necesitamos tocar fondo para resurgir de nuevo. Sé tú la luz, en lugar de enseñársela. El ejemplo siempre es la mejor enseñanza. Tú dices que eres de las pocas personas que le motivan a continuar y a tener ilusión por algo. Ya tienes un trayecto hecho de ese camino hermoso. No te desesperes, cada persona tiene su tiempo para asimilar las pérdidas y, tal vez, esa persona necesita más tiempo del que tú consideras que es normal.
Es duro perder a un ser querido, pero al mismo tiempo es lo más natural de la vida. Cuando una persona se queda aferrada a ese ser que se ha ido, hay algo más. No solo es el dolor de la pérdida, sino, tal vez, también existe el miedo y la culpabilidad. Cuando se dice “tenía que haber hecho y no hice”, “tenía que haber dicho y no dije”. Esos “debería” crean más dolor, más aferramiento hacia esa pérdida y hacia el no saber qué hacer con la vida sin que esa persona esté presente físicamente. Todo eso lleva su tiempo para encajarlo en la nueva etapa de la vida. Es un cambio, y los cambios siempre asustan. Por eso hay que dar tiempo para adaptarse a esa nueva situación.

Que la luz te guíe en ese camino hermoso. Sé paciente, déjale espacio pero siempre puedes estar.

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