sábado, 3 de julio de 2010

Cómo sabemos que escuchamos nuestra "voz interior".





Pregunta: Lo primero agradecerte la pasada charla sobre los “Miedos y apegos”, no sólo por lo que nos aportaste sino también por lo que nos transmitiste. Gracias por implicarte y dedicarte así con personas, en algunos casos, con las que no te unen afectos personales. En estos tiempos que corren es extraño y maravilloso.Quería plantearte cómo hacer cuando la vida que hemos llevado, las veces en las hemos debido seguir nuestro instinto o nuestra “voz interior” la hemos abandonado, porque lo que nos decía nos hacía enfrentarnos a algo y nos daba miedo? Cómo hacer para volver a oír nuestra “voz interior”?. Creemos qué es más fácil no decir lo que pensamos porque entiendo sentimos apego a la situación en la que nos encontramos y el cambio nos da verdadero miedo, pero esa “traición” nos persigue. Ya comentaste en la pasada charla que no debemos pensar demasiado en ello, sino dejarlo pasar y no atormentarnos, cómo sabremos que no es el miedo a enfrentarnos a los problemas lo que nos mueve?. Qué hacer para dejar las cosas atrás?. Muchas gracias y Un Saludo.



Respuesta:


No te arrepientas de nada, de no haber hecho lo que tendrías que haber hecho porque eso crea culpabilidad y ésta no te ayuda a mejorar tu vida. Si no le has hecho caso a tu instinto, o voz interior, tal vez es porque no estabas preparada (como tú dices) de enfrentarte a eso. No pasa nada, siempre podemos mejorar aquello que nos damos cuenta que se puede hacer mejor y tú eres consciente de eso.




¿Cómo hacer para volver a oír nuestra voz interior?- me preguntas. Quizás sólo tenemos que volver a darnos la oportunidad de confiar en nosotros, sin castigarnos por haber “fallado”. El que no se arriesga no se equivoca. Nadie te da la garantía de que lo que haces pueda funcionar, lo más que te pueden llegar a decir es el tanto por ciento de posibilidades que existen. Por eso debes de arriesgar más para que tu miedo no te paralice, como me comentas. Cuando pienses o sientas algo arriésgate y dilo. Claro que existe la posibilidad de que no salga como tú quieres, pero también existe la posibilidad de que salga como tú querías o que por lo menos se aproxime. Si no pruebas vas a estar con la duda, con la incertidumbre. Y así, de esta forma, rompemos esos esquemas que llevamos arraigado dentro de nosotros desde hace mucho, mucho tiempo.




Tal vez, debes preguntarte, si esa comodidad que tienes en esa situación te hace sentir feliz, si te compensa. Si no es así debes reflexionar y ver lo mejor para ti. Es lógico en este mundo tener un poco de miedo a los cambios, porque el ser humano, aquello que no conoce o que no ve le da miedo porque no lo controla, no sabe lo que va pasar, le crea incertidumbre. Entonces empieza a pensar en todas posibilidades que podrían ocurrir, casi siempre todas las negativas. Hay cosas en la vida que no podemos pensar excesivamente. Y para mí una de ellas es tener un hijo o una pareja. Si pensáramos fríamente en lo que conlleva tener ese hijo, educarlo, alimentarlo, formarlo, para que pueda estar en este mundo, no lo haríamos. Pero no sabemos lo maravilloso que es hasta que no lo tenemos. Esos momentos mágicos de su sonrisa, un gesto, una mirada, etc.




¿Cómo sabremos que no es el miedo a enfrentarnos a los problemas lo que nos mueve? El miedo disminuye o desaparece, cuando dejas de ver un problema y lo conviertes en una situación a resolver. El miedo aumenta cuando vemos un problema porque estamos acostumbrados a verlo así. Desde pequeños, ya en el colegio, teníamos que resolver problemas, si no lo hacíamos nos castigaban o no nos valoraban. Tal vez, ahora, de adulto, aún, nos sigue dando miedo los problemas por si no sabemos resolverlos y no nos arriesgamos porque así no nos pueden evaluar, juzgar, y nos acomodamos.




¿Qué hacer para dejar esas cosas atrás? Aprender a conocernos mejor para poder ayudarnos. Si sé que me cuesta o me lleva más tiempo resolver la situación me doy el tiempo que necesite, pero sé que puedo resolverlo (aquello que puede hacer cualquier ser humano yo también puedo hacerlo). De las cosas del pasado aprendo a mejorar mi presente, de mi presente formo mi futuro. Por eso el pasado me ayuda a darme cuenta que todo se puede mejorar y dejo atrás aquello que no necesito y elijo lo que puedo mejorar.



Si quieres hacer cualquier comentario haz “click” en ““comentarios” y, tras escribirlo, escoge la opción de “anónimo” (siempre que no dispongas de cuenta google). Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario